Y durante unos segundos se paró el mundo.

12/3/11 8:28 p. m. Un viaje de Xanti.

No sabía ni como ni cuando ni donde ni porqué, lo único que sabía era el quien y no era algo que le gustase. Se había negado durante años a algo así, había sido criado para negarse a ello, para no sentirlo, para ver ese tipo de emociones y sentimientos como algo vulgar e impropio de una persona como él. Y ahora todo se iba al traste, ¿por qué? por un par de ojos azules que destilaban serenidad, por una sonrisa que había hecho que su corazón diese un salto y se acelerase de pura emoción, como si hubieran accionado un resorte, por una voz que enunciaba sabia y tranquilamente palabras que ahora era incapaz de sacarse de la cabeza. Por ese maldito Daunor.

Enfadado, confuso y desesperado el alemán soltó los apuntes de historia sobre la mesa del escritorio y se pasó las manos por la cara, incapaz de olvidarse de todo y centrarse solo en los estudios. Suspiró. Necesitaba distraerse, estar con algún amigo, salir a tomar el aire, pero Leirha no estaba en casa, Miguel llevaba semanas de vacaciones en Japón con su hermano y mal que le pasara no tenía ningún amigo más. Maldita resistencia a la sociabilidad.

-Está bien, está bien…

Se levantó con pesadez y salió de la habitación asomándose un momento al cuarto de sus primos. Los dos niños estaban jugando tranquilamente con la hermana de Leirha, aunque esta parecía un poco desesperada por el hecho de que Riccardo no dejase de tirarle del pelo cada vez que Angelous se giraba. Sonrió ante la escena, ver que sus primos crecían felices, que había sido capaz de hacerse responsable de ellos, algo que sus padres dudaban, le motivaba lo suficiente para seguir adelante y le daban la esperanza de que si estaban equivocados en eso posiblemente también lo habrían estado en más cosas. En otras cosas que ahora se tambaleaban en su interior.
Negó suavemente con la cabeza, alejando de su mente esos pensamientos. No, no y no, no sentía nada por nadie y mucho menos por Daunor. No, se negaba en rotundo, antes volvía a dejarse el pelo de su color natural que ha tener un simple roce con Daunor.

-¿Alexandder?

El adolescente levantó la vista encontrándose con los ojos de su primo pequeño fijos en él. Esos ojos azules, tranquilos y curiosos… azules, tranquilos y curiosos, exactamente igual que los de Daunor.

-Scheiβer…-susurró tosiendo seguidamente para aclararse la voz.- ¿Queréis merendar?

Angelous y Nuriko negaron con la cabeza mientras Riccardo se ponía de pie y corría torpemente hacia él.

-Meienda, meienda. – exclamó el pequeño mientras alzaba los brazos para que su primo le levantase.- Aupa, Aesade, meienda.

Levantó al crío en brazos, agarrándose este con fuerza a su camiseta y señalando el pasillo que conducía a la cocina. Desde luego no había quien le quitase una comida a Riccardo. Mientras se dirigían a la cocina Riccardo miraba de soslayo todas las habitaciones por cuya puerta cruzaban, buscando con la mirada a alguien que, según él, debería estar allí.
Alexandder le sentó sobre la encimera, como todos los días, mientras sacaba un paquete de galletas de chocolate y la leche para prepararle el biberón al niño. La merienda era prácticamente el único el único momento del día en el que sus primos tenían permitido comer dulces.

-¿Y mami?
-No está y deja de llamar mami a Lei, Ricco.- susurró cerrando el biberón y moviendolo antes de dárselo al niño que lo cogió con ansias y se lo metió en la boca con rapidez.- Ya te he dicho que no es mami, solo es una amiga del primo ¿vale?

El niño le observó con sus grandes ojos grises mientras se bebía con avidez el biberón. Sabía que se había acostumbrado a llamar mami a Leirha pero no quería que lo hiciera. Ella no era su madre y no lo sería nunca, lo más cercano a unos padres que los niños iban a tener era él y la única persona a la que quería que llamasen mami era a aquella a quien él eligiese si es que el momento llegaba. Si la oportunidad llegaba.

-Vae.

El moreno parpadeó un instante y salió de sus pensamientos mirando a su primo pequeño y revolviéndole el pelo mientras este se llevaba una galleta a la boca y esbozó una débil sonrisa. ¿Por qué? ¿Por qué había vuelto a aparecer esa sonrisa en su mente? ¿Por qué no podía dejar de recordar esa mirada, esa voz? Suspiró. Empezaba a ser desconcertante, desesperante más bien. No quería pensar en él, ¿por qué iba a querer pensar en una persona que había conseguido ponerle de los nervios en menos de veinticuatro horas?

-Quizás lo que te ponía de los nervios no era él si no el hecho de que el motivo de su visita y su estancia en casa fuese otro en lugar de tu persona.- pensó. No, eso era imposible, improbable, él había conocido a Daunor por ese viaje, era obvio que la razón de la visita del ángel era otro que no era él.- Pero la razón humana se ve turbada cuando se tratan de temas de amor.

Negó suavemente con la cabeza. ¿Pero por qué no podía dejar de pensar estupideces? ¿Qué era el día mundial de vamos a pensar gilipolleces amorosas o qué? Joder, había veces que no se entendía a si mismo ¿No había dicho ya que no quería nada, absolutamente nada con Daunor? Pues entonces ¿por qué misteriosa razón estaba dudando ahora?
Se volvió hacia Ricardo que seguía comiendo galletas tranquilamente mientras jugaba con el cazo de la sopa. Alexandder agarró la mano del niño y se lo quitó colocándolo en su sitio y cogiendo en brazos al pequeño llevándole hasta la habitación donde Angelous y Nuriko seguían jugando.

-Angie, voy a estudiar en el salón ¿vale? – dejó a Riccardo en el suelo el cual se lanzó rápidamente sobre Nuriko haciendo ademán de tirarle del pelo.- No quiero ni un solo ruido ¿de acuerdo?
-Vale.

Salió de la habitación cerrando la puerta tras él y entrando en su habitación para coger los apuntes. Vale, tenía que tranquilizarse, ponerse a estudiar e intentar no desconcentrarse. Tenía que sacar las dos asignaturas que le habían quedado o ya podía despedirse de una beca que no le venía nada mal económicamente hablando.
Se dirigió hasta el salón leyendo los apuntes, concentrado en lo que hacía de tal manera que no notó la mirada de la pequeña Nuriko ni sus pasos apresurados hasta la habitación de matrimonio y concentrado siguió mientras se sentaba en la mesa recostándose en la silla sin dejar de leer. Hasta que sus ojos se encontraron con una anotación en el margen de los apuntes. Una anotación pequeña, escrita a bolígrafo y cuya caligrafía revelaba que había sido hecha inconscientemente, sin pensarlo. Una anotación en tinta negra en la cual se leía claramente:

Daunor

Vale ¿qué hacía eso allí? Y no, él no había escrito eso, le importaba bien poco que la letra fuese la suya o el color fuese exactamente el mismo que el de su bolígrafo incluso que estuviera escrito en el margen de sus apuntes. No, no y no eso no lo había escrito él. No. Nunca.
El alemán levantó un poco la vista al escuchar la puerta del salón abrirse. No podía ser, de todas las personas que había en el mundo, de todas aquellas a las que él conocía y que podían hacerle una visita, de todas, de absolutamente todas ¿por qué razón estaba él y justamente él bajo el marco de la puerta de su salón?

-Se que sabes que estoy aquí, Alexandder.

El chico le ignoró, volviendo a fijar la vista en la palabra que manchaba el margen de sus apuntes ya pasados a limpio. ¿Por qué, por qué, por qué? Por el rabillo del ojo pudo ver como Daunor se adelantaba hacia él y tomaba asiento a su lado. Los apuntes temblaron en su mano. Oh, genial ¿a estas alturas de su vida le iba a temblar el pulso porque un tío se sentase a su lado? Lo que faltaba para rizar el rizo.

-¿Qué tal estás?
-Bien. Muy tranquilo sin ti.

Daunor se rió suavemente. Oh, no, ¿por qué había tenido que hacer eso? ¿Por qué razón su corazón había dado un vuelco al escucharle hacerlo? Por favor, que alguien le metiese un tiro entre ceja y ceja.

-Lo siento, Alexandder, he tenido problemas para venir.

Inconscientemente apretó los apuntes en su mano. No sabía de que problemas hablaba pero sí el porque de esa disculpa. Desde que habían vuelto de Berlín, hacía ya cerca de un mes, había estado esperando una prometida visita que solo había llegado en ese momento e, intuía, porque Nuriko había llamado al ángel y le había pedido que fuera a verle. Como si lo viera, Daunor no había ido a verle por propia voluntad, estaba seguro. Y por alguna razón eso le ponía de los nervios.

-Si tenías cosas que hacer no tenías que haber venido.
-Hmm… me apetecía venir.

¿Había escuchado bien? ¿Le “apetecía” venir?

-¿Te apetecía venir?
-Claro… no es agradable estar en ese lugar con ese continuo olor a sangre. – Susurró.- Además, te dije que vendría, Nuriko solo ha sido el empujón.
-Dijiste que mandarías a tu hermana, aunque supongo que debo sentirme orgulloso de que hayas venido tú, aunque solo fuese para huir del olor a sangre.
-Mi hermana está muy tranquila para meterla ahora en problemas.- Daunor se acomodó en la silla mientras hablaba.- Además hacía tiempo que no nos veíamos. Así que has estado tranquilo ¿no?

El moreno se encogió de hombros.

-Confieso que me dolía menos la cabeza, pero me aburría.- explicó esbozando una irónica sonrisa.- Creo que hasta te he echado de menos.
-Vaya, creo que incluso podría decir lo mismo.

Alexandder se tensó ante las palabras del mayor y alzó por fin la vista de los apuntes fijándola en él. Daunor le sonrió como siempre lo hacía, serena, tranquila y dulcemente. El moreno se sonrojó, su corazón volvió a dar un pequeño brinco en su pecho mientras sus defensas se desmontaban por completo, todas sus razones, sus excusas, sus ideas… todo, absolutamente todo. En ese momento, en esa habitación, en esa casa solo estaban ellos, al menos para él, no había nadie más que él y Daunor, sus ojos azules, su sonrisa, la pequeña luna plateada en su frente, ligeramente oculta bajo los mechones de cabello gris que, por alguna razón, estaba deseando de apartar con sus manos…
Él le miro en silencio un instante, fijamente, a los ojos, azul contra azul, un océano contra otro.

-¿Estás hablando en serio? – formuló la pregunta tras una pausa, con recelo, temeroso de escuchar una respuesta que no fuese la esperada, la deseada.
-¿No me tomas en serio?- susurró mientras le sonreía más ampliamente. – Por que hablo muy en serio.

Y entonces, durante unos segundos, se paró el mundo.


© Xantiago D. Martínez Martín. 



Supongo que las explicaciones sobran pero para los despistados este es el relato, pues solo la parte en la que interviene Daunor es realmente un rol, de como Alexandder se dio cuenta, o más bien aceptó tal como habéis podido leer, que estaba enamorado de él. 
Empecé a escribirlo hace unos meses tras prometerle a Sylroth, dueña de Daunor, que le relataría este momento pero tras desechar el primer intento y meses pensando como hacerlo, leí la frase Y durante unos segundos se paró el mundo en una página a la que entro con frecuencia y me inspiré empezando a escribir el texto en ese mismo momento. Hoy he conseguido terminarlo con un poco de trabajo y me aventuro a publicarlo. A fin de cuentas es otra forma de explicar la historia de mis personajes, exactamente de Alexandder el cual, además, está al caer. 
Espero que os haya gustado.

¡Un saludo y buenas noches!

6 Response to "Y durante unos segundos se paró el mundo."

  1. Nyappy Dolls Says:

    Chandria dice:
    Me siento tonta al escribir un comentario cutremente escrito en comparación con lo que acabo de leer. El primer pensamiento que he tenido tras leerlo ha sido: quiero volver a enamorarme. No porque no esté bien ahora (pobre novio mío xD) si no por sentir eso mismo que sintió Alexandder y lo mismo que me ha hecho experimentar por unos instantes mientras leía el relato.
    Me alegra que el chico cayera por fin y que Daunor sea cómo es (existen chicos así? Ponme 10 que me los llevo ya mismo! xD).
    Y no sé qué más decirte... Que me ha encantado, que te expresas muy bien y que quiero leer muchas cosas más de tu puño y letra :P
    Ah! Ya hay foro de roleo creado (somos rápidas xD) pero aún quedan algunos apartados por hacer... de todas formas, te paso la dirección por si quieres echarle un vistazo (lo que me recuerda que tengo que hacer una introducción o algo así para que se sepa de qué va la historia. Pero bueno... es una ciudad realista y en ningún sitio en concreto para que pueda haber todo tipo de gente ^^).
    http://writerolplay.foroactivo.com/

    Estará Kei, Nobu, Duncan, Eros (así de los que conoces por mi parte pero hay 6 personajes más :P), Shin (de Ligeia y más también por su parte), Dann (de Aqua e idem).

  2. Momo Says:

    Creo que te lo he dicho miles de veces, pero tu forma de escribir me encanta y me llena. Haces que pueda ver y sentir las escenas como si fuesen reales, como si yo estuviese allí observando de verdad esa escena y me envolviese por completo.

    Te ha quedado genial :)

  3. Leanan Says:

    Totalmente de acuerdo con Momo,lo mejor de tu forma de escribir es que transmites todo lo que escribes,creas sentimientos y ademas dejas volar la imaginacion de los que te leemos y eso es lo mas importante que debe conseguir un escritor en sus lectores.
    Sigue asi cielo y sigue deleitandonos con tus historias :**************

  4. Kavratch Says:

    Juas! Macho como escribes!! He visto el link en facebook y cuando he empezado a leer me he viciado de una forma brutal. Me ha gustado mucho conocer los inicios de Daunor y Alexandder al igual que me ha encantado como describes las sensaciones que experimenta este ultimo a cada momento del relato así que nada más me queda decir que bravo, me encanta.

  5. Sylroth Says:

    sjdflkjasdksajdklsadjsalkdjald *___*!!!! Aish es que no se ni como decirte lo que me a gustado!!!! Para empezar ay te lo han dicho pero escribes muy bien, ya me gustaria a mi x//////3 En serio ME encanta la historia y como lo has escrito!!!

    Bueno y a parte que el personaje de Alex me encanta *lo roba* lalalalalala pa miiiiii!!! x////D ME gusta mucho en serio, tendre que ponerme yo tambien amnos a la obra con algun rol de estos dos... Pero ya!! Aish como me gstan estos dos madre <3<3<3<3<3<3<3

    No pares de escribir porque realemnte vales para ello en? ¬¬

    ILD~ <3

  6. Sairon Thirion Says:

    Recogiendo las babas de leer lo bonico que es ..>////< Me ha encantado, no..mejor dicho me parece precioso..La madre que les dió a los dos joder...T///T Siento la tardanza que se me fue el santo al ciruelo y no lo he podido poner antes. Cómo dejes de escribir madre te da un coscorrón! O^O

    Tu madre que te quiere y sabe más <3 <3<3

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